12 de mayo de 2014
"En lugar de que la vacuna sea de origen de caballo, lo estamos haciendo de origen humano; para ello, creamos un banco con ADN (ácido desoxirribonucleico) de humanos y a partir de ahí hemos aislado anticuerpos que reconocen las toxinas de los venenos de alacranes", comentó el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
La investigación ya se encuentra patentada y el equipo, cuyo titular es el doctor Baltazar Becerra junto con Lidia Riano y estudiantes, se encuentra a la espera de la autorización de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios en México, la Food and Drug Administration de Estados Unidos y otros organismos de Europa para poder realizar los ensayos clínicos en seres humanos.
El doctor Possani Postay comentó que para poder llevar a cabo los ensayos clínicos están buscando una compañía farmacéutica que contribuya con el financiamiento ya que "es muy caro. Se deben contratar a voluntarios que acepten aplicarles el antiveneno, ver si no es tóxico, si no lo es, se inyecta el veneno de alacrán y posteriormente se vuelve a inyectar el antiveneno. Supongo que el proceso tardará de 5 a 10 años más", señaló.
Anteriormente se llevaron a cabo pruebas preclínicas, las cuales implican realizar estudios farmacológicos, toxicológicos y bioquímicos. Primero se busca entre más de 10 mil moléculas a uno o dos con efecto terapéutico; una vez identificadas, se ensaya con ratones, perros y hasta primates. Se hacen pruebas comparativas con otros fármacos similares, se estudia el efecto del medicamento desde que se ingiere hasta su eliminación total del organismo, y se analizan los efectos secundarios continuando con todo un procedimiento.
El investigador colaboró en la determinación de la estructura y la función de las proteínas presentes en el veneno de alacrán que causan daños en las personas. "Estudiamos los eventos moleculares asociados al efecto de la toxina, dónde se pegan en el organismo y por qué causan el daño que causan, para poder encontrar posibles aplicaciones farmacológicas", dijo.
Fuente: Academia Mexicana de Ciencias