¿Podemos confiar en la investigación de nutrición pagada por las compañías conocidas como Big Food?
Algunas personas argumentan que debido a que la industria obtiene ganancias de las bebidas endulzadas con azúcar, las cuales se sabe incrementan el riesgo de la obesidad infantil y la diabetes, se puede esperar que ésta apoye investigaciones que crean confusión y dudas acerca de esos riesgos.* Otras personas argumentan que los investigadores son independientes y que, como los financiadores no tienen un papel en el diseño de los estudios, métodos, interpretación o publicación, se puede confiar en los resultados.*
En lo que ambos lados están de acuerdo es en la necesidad de transparencia. Su importancia quedó clara en agosto de 2015, cuando el New York Times publicó documentos, obtenidos a través de las leyes de acceso a la información, de que Coca-Cola proveyó $1.5 millones de dólares en apoyo financiero y logístico a la “Global Energy Balance Network”, una organización sin fines de lucro liderada por académicos de las universidades de Colorado, West Virginia y South Carolina, y cuyo mensaje principal fue que no hay evidencia convincente de un vínculo significativo entre las bebidas endulzadas con azúcar y la obesidad.
En respuesta, Coca-Cola Company publicó sus así llamadas “Transparency Lists” de unos 218 investigadores y profesionales de la salud que habían financiado desde 2010.
En nuestro artículo reciente, construimos una nueva base de datos de los artículos científicos publicados desde 2018 que reportaron financiamiento de Coca-Cola. Hicimos esto escribiendo un programa de computación que extrajera y analizara declaraciones de financiación de artículos, capturados por la base de datos de la Web of Science de Thomson Reuters [hoy parte de Clarivate Analytics]. Hicimos que el programa, escrito para el software R, estuviera disponible públicamente; esperamos que otras personas lo usen para buscar sistemáticamente la literatura financiada por quienes tienen intereses especiales en la investigación, tales como las industrias agroquímicas, de alcohol, tabaco y otras (disponible para descargar en http://pauloserodio.com/swoc.R.)
Usando este nuevo conjunto de datos, investigamos cuatro preguntas importantes:
Pregunta 1: ¿Están completas las listas de transparencia de Coca-Cola?
Encontramos discrepancias entre la lista de nombres que Coca-Cola reveló que financia y lo que puede encontrarse de manera pública en Web of Science. En general, identificamos 471 autores, involucrados en 128 artículos financiados por Coca-Cola (publicados entre 2010 y 2015), que reportan financiamiento de Coca-Cola pero no aparecen en las revelaciones de transparencia de la compañía.
Pregunta 2: ¿Cuántos estudios y autores fueron financiados por la marca Coca-Cola?
Si expandimos nuestra búsqueda de la marca Coca-Cola, e incluimos investigación publicada antes de 2008 y después de 2015, encontramos que la compañía y sus organizaciones afiliadas han financiado 461 estudios entre 2008 y 2016, involucrando a 1,496 autores (asumimos que no todos fueron recibieron becas). Proveemos una visualización de esta investigación en la forma de una red de co-autoría (ver Figura 3 del artículo).
Pregunta 3: ¿Qué temas de investigación e intervenciones son apoyados por la compañía?
Usando análisis de texto cuantitativo, encontramos que esta investigación se enfocó predominantemente en temas como “balance energético” y “actividad física”, que desvían la atención del azúcar y el consumo de calorías.
Pregunta 4: ¿Están declarando los investigadores financiados por Coca-Cola sus vínculos con la compañía dentro de sus publicaciones?
Encontramos que el 17% (38) de los investigadores en la lista de transparencia de Coca-Cola no reconocieron financiamiento de la compañía en sus publicaciones subsecuentes. Obviamente, no pudimos distinguir si esta omisión fue intencional, pero si no hubiera sido porque la compañía lo aceptó públicamente, no sabríamos que estos investigadores colaboraron con ella.
¿Entonces podemos confiar en las revelaciones de Coca-Cola?
Nuestro estudio sugiere que Coca-Cola ha dado un paso positivo en revelar detalles de la investigación que financia, pero aún queda claro que falta una gran cantidad de información. Tanto la compañía como los investigadores reportan de menos su financiamiento. Esto puede ser un esfuerzo de minimizar el financiamiento cuando éste podría relacionarse con estigma a los ojos de [otros] investigadores de salud pública. Basarnos exclusivamente en declaraciones de financiamiento también puede darnos un panorama incompleto, ya que frecuentemente no incluyen la información necesaria para identificar a el(los) investigador(es) principal(es) y el año en el que se otorgó la beca.
No obstante, enfoques como el nuestro pueden ayudar a mejorar la transparencia de dos formas. Primero, al agregar la investigación financiada por Coca-Cola podemos revelar la escala del involucramiento de la compañía en la investigación, así como proveer un punto de referencia que pueda usarse para evaluar sus promesas de transparencia. Segundo, podemos aprovechar las revelaciones de transparencia para evaluar qué tan buenos son los investigadores para señalar el apoyo financiero de Coca-Cola.
Nuestros resultados subrayan la necesidad de transparencia para evitar potenciales conflictos de interés en el financiamiento de la investigación.
* Oreskes N, Conway EM (2011) Merchants of doubt: How a handful of scientists obscured the truth on issues from tobacco smoke to global warming: Bloomsbury Publishing USA.
** Aveyard P, Yach D, Gilmore AB et al. (2016) Should we welcome food industry funding of public health research? BMJ 353, i2161.
Traducción del inglés de Sergio Zepeda