Investigadores de la Universidad de Colima (Ucol) desarrollan una metodología que permita estandarizar la caracterización climática basada en el confort humano.
El proyecto financiado por el Programa para el Desarrollo Profesional Docente (Prodep) y liderado por el doctor en arquitectura, Carlos Javier Esparza López, que inició en diciembre de 2016, contempla un mapa de las regiones climáticas, como resultado de la investigación.
Existen algunas clasificaciones climáticas reconocidas a nivel mundial basadas en la vegetación, precipitación pluvial y temperatura de la zona analizada y no en las características antropólogicas para determinar las regiones climáticas, como las que propuso Vladimir Köppen.
Por ello, en esta investigación identificaron la necesidad de establecer una metodología clara y precisa que permita estandarizar la caracterización climática para el ser humano, dejando de lado la clásica visión de Köppen porque ese tipo de clasificación no fue hecha para el diseño del entorno humano.
Esparza López, candidato en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), explicó que en vez de analizar el confort de las 24 horas del día estudian solamente el tiempo que están despiertas las personas para poder clasificar el clima y que este sea más congruente con la percepción de la población, lo que denominan como Blanket effect o "Efecto cobija".
"El efecto cobija se define como aquellas horas en que el ser humano está dormido e inconsciente del ambiente térmico en el espacio. Mientras que en el día expresa su comodidad o incomodidad en relación a las variaciones del clima, tomando en cuenta que la temperatura de confort en la noche requiere de estímulos más intensos para poder salir del modo sueño", dijo el profesor investigador de la Facultad de Arquitectura y Diseño (Fayd), de la Ucol.
Las principales innovaciones del método son identificar las horas que se van a descartar y a partir de ello, reconocer la zona de confort en las horas de estudio. Después se realiza una cuantificación de cuántos grados están por encima o debajo de confort humano, en especial, el confort higro-térmico desde el enfoque adaptativo, para tener un balance final y definir si la zona es cálida, templada o fría.
El investigador dijo que analizan la oscilación térmica a partir de la humedad relativa, en la que además estudian otras variables tanto geográficas como climáticas como continentalidad, altitud, presión atmosférica, humedad absoluta, precipitación pluvial y presión de vapor.
Las evidentes modificaciones a las condiciones climáticas hacen que una caracterización se vuelva obsoleta rápidamente, lo que implica que las caracterizaciones establecidas no correspondan con la realidad, sobre todo porque no se han presentado actualizaciones que se ajusten a los cambios.
"Esta investigación presenta una propuesta metodológica que parte de una perspectiva antropocéntrica para caracterizar el clima a partir de los requerimientos de confort humano, además de reconocer cuáles son las necesidades de climatización para cada locación donde se asientan las poblaciones humanas, adaptando de manera eficiente su hábitat al clima del lugar", explicó Esparza López.
Asimismo, comentó que al ser una propuesta metodológica, la caracterización climática resultado de este proceso se puede actualizar constantemente y adaptar a los cambios climáticos que se presenten a partir de las variables de temperatura y humedad relativa.
La prueba piloto se desarrolló en cuatro ciudades capitales de los Estados de la región occidente del país: Colima, Guadalajara, Morelia y Tepic.
"Si bien la investigación se ha hecho para cuatro Estados del occidente: Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán, el propósito es que por medio de esta metodología podamos analizar climas más extremos", señaló durante la entrevista con la Agencia Informativa CONACYT.
Esparza López dijo que los arquitectos deben conocer la temperatura y humedad anual de un lugar determinado para diseñar edificaciones, que son refugios para las personas, por lo que las variables atmosféricas como el viento, temperatura, humedad, presión, precipitación y radiación solar son la fuente de las condiciones internas de los diseños arquitectónicos.
"Debemos de trabajar en cómo crear ese refugio para aprovechar las condiciones del exterior", sostuvo durante la entrevista el coordinador de la maestría en arquitectura bioclimática, de la Ucol.
El doctor en ingeniería mecánica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jorge Armando Ojeda Sánchez señaló que otros investigadores han realizado caracterizaciones bioclimáticas, pero todavía no cuentan con una guía que pueda ser fácilmente aplicable y reproducible en toda la república.
En este 2017, los investigadores de la Ucol presentaron los avances de esta metodología en el congreso de arquitectura Passive & Low Energy Architecture (PLEA), que en esta edición llevó como título Design to Thrive, el cual se desarrolló en la ciudad de Edimburgo, en donde presentaron el artículo Method for definition of climatic classification based on human confort.
"El PLEA es uno de los congresos más prestigiados de arquitectura, en donde presentamos esta estrategia bioclimática para caracterizar los climas de las entidades del país", refirió Ojeda Sánchez, profesor investigador de la Fayd.
La investigación se deriva de los resultados obtenidos en los proyectos: Desarrollo y validación de una metodología para estimar los impactos en el ahorro de energía por el uso de sistemas pasivos constructivos en la edificación para diferentes climas de México; Normatividad y reglamentación para la arquitectura bioclimática y Confort ambiental y desempeño energético de la vivienda urbana, financiados por Prodep y realizados en las redes de investigación del cuerpo académico UCOL CA-25.
El doctor en ingeniería mecánica afirmó que para la arquitectura es fundamental conocer el clima y los materiales locales, así como la condición interior del espacio que habitan las personas, sobre todo en climas extremos en donde las condiciones son totalmente desfavorables.