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Instituto de Fisiología de la UNAM crea modelo para fabricar vacunas más rápido

27 de noviembre de 2017

Para reducir el costo y tiempo de producción de vacunas, el investigador Luis Alfonso Vaca, del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), creó un modelo de fabricación de nano-vacunas, es decir, vacunas que tienen como estimulantes del sistema inmune a moléculas que miden millonésimas de milímetro. El reducir el tamaño de los cristales de las vacunas también permitiría que sean almacenadas sin refrigeración y que su fecha de caducidad se retrase hasta 10 años.
 
Esta innovación fue premiada por el Centro de Investigación y de Estudio Avanzados (Cinvestav) y grupo Neolpharma con el Premio a la Innovación en Bionano Ciencia y Tecnología 2017.

El desarrollo tecnológico propuesto permite generar nuevas vacunas contra enfermedades emergentes más rápidamente, en unas semanas, además de producir cualquier tipo de inmunización de las ya existentes para una amplia gama de enfermedades.

La tecnología premiada permite que las vacunas sean encapsuladas en nanopartículas proteicas, es decir, pequeñísimas esferas que contienen el elemento que detonará o pondrá en marcha al sistema inmune. Las nanopartículas llevan el antígeno incorporado en su estructura cristalina, que mantiene su inmunogenecidad por lo menos 10 años a temperatura ambiente y hace que las vacunas tengan una vida en anaquel de ese mismo tiempo.

Esta tecnología facilita controlar el tamaño de los nanocristales de origen proteico como acarreadores novedosos para nanovacunas independientemente del antígeno fusionado y se posiciona como una tecnología universal innovadora en la producción de vacunas de última generación, señaló el investigador de Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.

"Este premio es un gran incentivo para mí y mi grupo de investigación; el haberlo ganado me indica que nuestro trabajo va por buen camino y que un jurado académico consideró que nuestra tecnología es de vanguardia científica", sostuvo Luis Alfonso Vaca.

El Premio a la Innovación en Bionano nació en 2013 a iniciativa del Cinvestav y del Grupo Farmacéutico Neolpharma, con el propósito de estimular estudios sobre nanomateriales con impacto en el mejoramiento de aspectos de la vida e impulsar la investigación en el área de nanotecnología y fomentar el trabajo multidisciplinario.

COMERCIALIZAR CONOCIMIENTO. Al entregar el Premio a la Innovación en Bionano Ciencia y Tecnología 2017, el Director General del Cinvestav, José Mustre de León, sostuvo que es fundamental apoyar la comercialización de productos relacionados con las nanociencias, debido a la gran capacidad que el país tiene en esta área, pero que hasta ahora no se ha podido capitalizar de manera adecuada en aplicaciones directas.

Consideró que una las fortalezas de los países avanzados es la participación del capital privado en la investigación y desarrollo científico, por este motivo "la participación de la iniciativa privada es fundamental para apoyar a la investigación con premios como éste, el cual es un paso importante para lograr un cambio".  

El que se pueda detonar a la investigación como una componente real del desarrollo económico, tiene que ver con la capacidad del  país de incorporar a la investigación y sus científicos con la iniciativa privada, "esa será la contribución que haremos", con estas iniciativas.  

En su oportunidad, Efrén Ocampo López, presidente ejecutivo del Grupo Farmacéutico Neolpharma, consideró que en México son pocas las empresas comprometidas con buscar la innovación y no como un compromiso ideológico, sino como una parte intrínseca de un modelo de negocio, que requiere de mayor innovación para poder exportar sus productos.

Para logar lo anterior, primero es necesario tener la investigación, segundo transformarla en un bien o servicio y tercero logar su comercialización. El tercer aspecto implica superar barreras que se oponen a que las innovaciones nacionales puedan concurrir con mayor facilidad en los mercados mundiales.   

La convocatoria 2017 contó con una bolsa de 300 mil pesos, que significa un incremento de 25 por ciento respecto al año anterior, y al igual que en ediciones anteriores sólo se premió una propuesta, el monto se dividió en 150 mil pesos para el investigador y el resto para apoyo al proyecto.

La decisión de otorgar el premio tomó en cuenta el rigor científico del trabajo, la estrategia experimental, la pertinencia metodológica, la contribución en términos de los resultados obtenidos, su impacto en el área de investigación en particular y sus alcances a futuro en el área básica y aplicada.

Fuente: FCCyT

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