Mediante la réplica de un mecanismo de la naturaleza, científicos crearon una "casa de cristal" para virus, con el fin de guardar y preservar vacunas sin la necesidad de refrigeración, que le permite una vida útil de al menos una década y reduce su costo.
El Foro Consultivo Científico y Tecnológico indicó que la innovación proviene de investigadores del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezados por Luis Vaca Domínguez.
Explicó que un virus expuesto al medio ambiente moriría fácilmente, pero algunos como el Autographa californica, que habita en el gusano de la seda, cuentan con herramientas para "sobrevivir" gracias a que se alojan en un poliedro de cristal.
Después de vivir y replicarse en las células del insecto, el microorganismo no se preocupa si éste muere, ya que son capaces de generar esos cristales proteínicos para protegerse de la temperatura, resequedad, sol y rayos ultravioleta, y puede vivir durante años.
"Robamos su casa al virus", indicó el investigador en entrevista con el Foro Consultivo, ya que a partir de éste generaron la casa de cristal que, explicó, es como un conservador natural.
"Lo que hicimos fue clonar la secuencia del gen que produce ese cristal y en lugar de meter un virus metemos vacunas, las cuales perdurarán por años", comentó Vaca Domínguez.
Asimismo, expuso que han realizado "pruebas extraordinarias" y todavía tienen vacunas bien conservadas que obtuvieron hace 15 años en los albores de la investigación y que, aseguró, si se usan hoy día seguirán funcionando.
Indicó que otra de las ventajas del proceso es la reducción del costo de refrigeración, el cual representa 20 por ciento del gasto final, que paga el paciente, ya que desde que se elabora hasta que se distribuye requiere almacenamiento, pero ellos lo producen con un sistema eficiente de encapsulamiento.
Además, el investigador comentó que otro de los costos que se transfieren al paciente es la producción misma de la vacuna, que significaría una quinta parte del gasto regular si se emplea el proceso de encapsulamiento en cristales.
Actualmente esta innovación está en fase de pruebas clínicas y en transferencia a una empresa farmacéutica, pero se espera que en cinco años comiencen a comercializarse las primeras vacunas con esta cualidad protectora.