La expectativa de que en unos cuantos años se pueda tener el primer vehículo genuinamente autónomo cada vez está más cerca. El estudio y la investigación de sistemas de inteligencia artificial, sobre todo en el sector automotriz, obligan a centros de investigación, como el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), a formar profesionistas en esta área, así lo consideró en entrevista para la Agencia Informativa CONACYT el doctor José Martínez Carranza, investigador en la Coordinación de Ciencias Computacionales de este instituto.
Para apoyar este trabajo de investigación y enseñanza de inteligencia artificial, el INAOE se vio beneficiado con la donación de un vehículo autónomo en escala 1:10, gracias al enlace del científico mexicano Raúl Rojas González, especialista en robótica y profesor de la Universidad Libre de Berlín que, en colaboración con la embajada alemana y el Goethe-Institut México, gestionó otorgar hasta el momento unos 22 vehículos autónomos en esta misma escala, a diferentes universidades e instituciones de investigación en el país.
"La intención es que las instituciones mexicanas se dediquen a trabajar en este tipo de modelos porque las grandes empresas automotrices están apuntando sus objetivos hacia vehículos autónomos, así que si México quiere competir y ofrecer además un mercado de profesionistas en esta área se necesita preparar desde ahora a las generaciones de estudiantes que se desarrollarán en esta área", señaló el doctor Martínez Carranza.
El vehículo autónomo que ahora tiene el INAOE cuenta con diversos componentes electrónicos, su principal aporte, explicó el doctor Martínez Carranza, es una computadora Odroid, con la que se programan algoritmos que se pueden correr a bordo.
Cuenta además con una serie de sensores útiles como un láser y una cámara de profundidad tipo Kinect -dispositivo que logra registrar y hacer el seguimiento de movimientos corporales de varias personas-. El vehículo también tiene una cámara que mira al techo, además de todo un sistema de electrónica para que se puedan mover los motores de las llantas y que eso le permita movimiento.
"Todo esto en su conjunto permite que con estos sensores el carrito pueda observar su entorno y estimar su posición y realizar actividades inteligentes como detectar obstáculos, carritos junto a él, evadirlos o rebasarlos, además de medir su velocidad", indicó el doctor Martínez Carranza.
Utilidad en las aulas y laboratorios
El doctor José Martínez Carranza indicó también que el proyecto se enfoca en lograr que el vehículo pueda moverse de manera autónoma y esa capacidad representa una diversidad de aplicaciones y áreas de investigación para los alumnos.
"Este vehículo y la forma en que está instrumentado es de bastante utilidad para los estudiantes de posgrado que trabajan principalmente en las áreas de robótica y de inteligencia artificial, pero también para estudiantes que se acercan al INAOE para realizar servicios sociales, prácticas, residencias, es decir, para cualquier estudiante que esté interesado en las áreas afines a la mecatrónica, inteligencia artificial y la robótica pueden acercarse y utilizar este vehículo para realizar diferentes proyectos, por ejemplo desarrollo de algoritmos de planificación o algoritmos de toma de decisiones".
Martínez Carranza aseguró que debido a los parques industriales del sector automotriz que están en Puebla, este tipo de instrumentos cobra más relevancia ya que la idea es que se puedan también crear empresas mexicanas que generen tecnología de este tipo y no necesariamente para que compitan con las grandes industrias sino para que resuelvan problemáticas locales. Como ejemplo, mencionó el desarrollo a futuro de un vehículo autónomo que pueda hacer recorridos turísticos a los visitantes, o bien implementar taxis autónomos que garanticen a sus clientes un destino seguro.