La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) unidad Cuajimalpa inauguró la primera etapa de un sistema de baños secos, que convierte heces y orina en abono orgánico sin necesidad de utilizar agua, lo que será utilizado en un terreno de la sede universitaria.
En un comunicado, informó que una persona produce alrededor de 50 litros de evacuaciones fecales y 500 de orina al año y su tratamiento, al transformarlas en fertilizantes de rápida respuesta para vegetales, árboles y plantas de ornato, disminuirá los riesgos de salud.
Explicó que el sistema permite depositar los restos en el suelo y estabilizar los líquidos con microorganismos que transforman el amonio en nitratos, para evitar convertirse en patógenos.
Los sólidos reciben un agente secante para compostearlos mediante la tecnología de Bocashi, materia orgánica fermentada, que en aproximadamente 15 días los convierte en inocuos, resaltó.
La casa de estudios precisó que esta iniciativa es resultado del proyecto Transformación Socio-tecnológica para el Manejo Sustentable de Residuos Orgánicos Universitarios, dirigido desde hace dos años por las doctoras Miriam Alfie Cohen y Flor Yunuén García Becerra.
En un inicio, el proyecto fue diseñado para el manejo de los desechos generados en la cafetería.
Al respecto, la profesora-investigadora Alfie Cohen indicó que en el segundo año se implementó una estrategia de aprovechamiento de los residuos sólidos orgánicos con una metodología participativa, en la que estudiantes, trabajadores, vecinos y autoridades construyeron ese tipo de sanitario.
Indicó que el nuevo espacio resalta por su innovación, porque este tipo de obras es común en las zonas rurales, pero no en la ciudad. "Trasladamos la teoría a la práctica en este proyecto de la Unidad Cuajimalpa, que está marcado por la sustentabilidad", enfatizó.
Por su parte, García Becerra, académica del Departamento de Procesos y Tecnología, subrayó que el sistema aplicado incluyó perspectivas de diseño, ecotecnias y valorización de biomasa.
"Básicamente separamos los sólidos de los líquidos para reducir la contaminación de las aguas residuales, sobre todo cuando hablamos de que una persona genera unos 300 gramos de los primeros y de uno a dos litros de los segundos", agregó.
Destacó que la intención es reforestar una sección del terreno que ocupa esa sede de la UAM y rescatar especies endémicas de la región, "queremos aportar un valor agregado real a los servicios que se ofrecen a la comunidad a la que pertenecemos".