Un equipo internacional de científicos ha identificado una especie extinta previamente desconocida de gusano gigante con mandíbulas.
Los autores del hallazgo, de la Universidad de Bristol en el Reino Unido, de la de Lund en Suecia y del Museo Real de Ontario en Canadá, estudiaron un fósil primitivo que ha estado almacenado en el museo desde mediados de la década de 1990, y descubrieron así los restos del citado gusano gigante extinto (un pariente evolutivo marino de las lombrices de tierra y las sanguijuelas).
La nueva especie descubierta por el equipo de Mats Eriksson (Universidad de Lund) y Luke Parry (Universidad de Bristol) es única entre los gusanos fósiles y destaca por haber poseído las mayores mandíbulas conocidas en este tipo de criatura, alcanzando más de un centímetro de largo y fácilmente visibles a ojo desnudo. Puede parecer poco, pero hay que tener en cuenta que, normalmente, las mandíbulas de tales gusanos fósiles miden solo unos pocos milímetros de tamaño y para estudiarlas es necesario recurrir a microscopios.
A pesar de ser solo conocido por sus mandíbulas, la comparación de este rasgo anatómico con el de especies vivas sugiere que este animal alcanzó una longitud corporal de más de un metro. Esta es comparable con la de ciertos gusanos depredadores que usan sus poderosas mandíbulas para capturar presas, como pequeños peces, y arrastrarlos hasta sus madrigueras.