14 de noviembre de 2016
Adrián Bonilla Petriciolet, profesor investigador del Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA) -que pertenece al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)-, ha desarrollado un filtro para agua a partir de desechos textiles, el cual tiene capacidad de absorber metales, entre ellos el arsénico (As).
Al
respecto, comentó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt: "La
industria textil, y en particular el proceso de lavado de la mezclilla, implica
que la mezclilla se somete a un tratamiento que le llaman stone washing, que es
lavado con piedra. Lo que hacen es ponerla en una solución junto con piedra
pómez, y por el mismo movimiento del fluido, lo que está ocasionando es que la
piedra pómez termina desgastando la mezclilla, y ese es el acabado que le da.
Al retirarla se queda un lodo que contiene fibras de algodón cargadas con otro
tipo de reactivos, entre ellos colorante, y residuos de lo que es la piedra
pómez, principalmente óxido de silicio", indicó.
Ese
residuo representa un problema para la industria textil, pues tiene que
disponerse del mismo como un desecho peligroso, ya que es considerado
inflamable por la cantidad de algodón que contiene, ello implica que para
deshacerse del mismo se debe llevar a cabo un proceso especial, lo cual
conlleva un gasto adicional. Por lo anterior, se presentó un proyecto para
utilizar ese material en aplicaciones ambientales.
"En
particular, el material se usó para remover materiales pesados, sin ningún tipo
de tratamiento, tal y como venía, se utilizó para remover plomo, cadmio,
níquel, zinc y cobre, que son metales generados por la industria metalmecánica
aquí en Aguascalientes, y fue efectivo", señaló.
Bonilla
Petriciolet apuntó que ese mismo residuo, cargado con los metales, fue probado
para remover arsénico, que es un metal presente en el agua de Aguascalientes y
otros estados del país, y también resultó efectivo. Sin embargo, una desventaja
del material es que al contener algodón y entrar en contacto con el agua,
existe la posibilidad de que genere y, posteriormente, libere algunos
microorganismos.
"Entonces
lo que se hizo fue un tratamiento del material íntegro y producirlo en carbón
activado. Las ventajas del carbón activado son que tradicionalmente tiene
propiedades fisicoquímicas más estables y, a fin de cuentas, podríamos eliminar
la situación de que fuera activo microbiológicamente hablando, es decir, que al
entrar en contacto con el agua no se desarrollaran microorganismos o reducir
esa condición", explicó.
Para
lograrlo, se llevó a cabo un tratamiento térmico, y como resultado de ese
proceso se obtuvo carbón activado, que se utilizó para remover diferentes
contaminantes, entre ellos el arsénico, para obtener así un material que tiene
una capacidad de absorción similar a la de otros materiales disponibles en el
mercado nacional. La característica que permite remover metales a partir de
este residuo textil se debe al óxido de silicio que se desprende de la piedra
pómez, que genera interacciones que favorecen la remoción del arsénico y otros
metales.
"Tiene
una desventaja, como estás hablando de fibras, el problema cuando lo tratas
térmicamente es que te queda una estructura rígida, pero es un poco endeble,
entonces su infraestructura física no es tan fuerte, pero sí puede ser
utilizado para elaborar filtros", apuntó.
Para
concluir, el profesor investigador del ITA mencionó que la ventaja de este
proyecto es que a partir de un residuo que generaba un costo se obtuvo un
producto que tiene posibilidades de comercializarse, toda vez que su síntesis
resulta muy sencilla, pues solo se requiere de un lugar donde se pueda calentar
el material a temperaturas superiores a los 600 y 700 grados Celsius y tener
ausencia de oxígeno.
Fuente: Agencia Informativa CONACYT