En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Esther López-Bayghen Patiño, doctora en Microbiología por la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB-IPN), destacó la importancia que tiene la interacción entre un centro de investigación de origen gubernamental y una empresa, para proveer soluciones específicas que mejoren y resuelvan ciertos procesos.
"Ingenes se acercó a nosotros pidiendo una intervención en términos de investigación para mejorar el proceso de fertilización in vitro y la transferencia embrionaria, desde la selección de los gametos, porque hay que determinar qué tan bien vienen los óvulos o los espermatozoides para tener éxito en la fertilización, en la transferencia y en lograr un embarazo", expresó la investigadora titular del Departamento de Toxicología del Cinvestav.
Incluso, el convenio permite preparar estudiantes de maestría y doctorado, afirmó López-Bayghen, quien es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Ingenes cuenta con su propio laboratorio y con el respaldo del Cinvestav, que le provee servicios y tecnología para hacer investigación básica, aplicada y clínica. "Los estudiantes tienen todo el apoyo: recursos materiales para desarrollar su trabajo de investigación; trabajan en proyectos de utilidad inmediata, publicable y patentable, y cuando terminan la maestría o el doctorado, pueden tener un empleo que ellos mismos generaron".
Técnicas de reproducción asistida de alta complejidad
Con apoyo del Conacyt e inversión de la propia empresa, se creó el Laboratorio de Investigación y Diagnóstico Molecular donde se han desarrollado proyectos de investigación y se lanzan nuevos productos que dan solución a problemas de infertilidad en parejas.
El gran avance en la medicina reproductiva, dijo la especialista, ha sido el hecho de que se puede generar fertilizaciónin vitro y hacer crecer los embriones en el laboratorio hasta un estadio de blastocisto, en el cual, con cinco o seis días de edad, se pueden transferir a un útero que tiene que haber sido preparado, como se prepara de manera natural, para recibir un embrión en transferencia.
"Lo que hemos desarrollado en los últimos cinco años en esta colaboración, son nuevos biomarcadores para mejorar el proceso de fertilización in vitro y mejorar la implantación del embrión en el útero", enfatizó la especialista.
La colaboración ha sido tan exitosa que ha permitido tener un laboratorio con excelente tecnología en Ingenes, espejo de lo que tenemos en Cinvestav, asegura la doctora López-Bayghen, lo cual facilita el manejo de muestras, pues muchos de los procedimientos requieren procesamiento inmediato. "No es que no las podamos procesar en el laboratorio, es que los tiempos que tardamos en traer las muestras hasta el Cinvestav afectan los procesos".
¿Por qué la infertilidad?
Después de los 35 años de edad en la mujer, la producción de embriones que tienen anomalías cromosómicas se eleva, asegura la experta. "En medicina reproductiva, 30 o 40 por ciento de pacientes que son infértiles o vienen a que se les ayude con problemas de infertilidad justamente lo hacen por edad, porque ya envejecieron los óvulos y pasó la edad reproductiva".
En el laboratorio, lo que se hace es analizar embrión por embrión, sus cromosomas y determinar que no haya ni pérdidas ni ganancias para evitar problemas como síndrome de Down, de Edwards o de Patau, entre otros, que son cromosomopatías en las que se pierde o se gana material genético; ello aumenta significativamente la tasa de embarazo precisamente por la selección y transferencia de embriones sanos, señala la entrevistada.
"También logramos evitar pérdidas recurrentes, porque cuando hay embarazos espontáneos en mujeres que son de edad, las pérdidas recurrentes son frecuentes, y la razón son embriones con cromosomopatías. Nosotros analizamos la normalidad genómica de los embriones antes de que sean transferidos al útero", menciona López-Bayghen.
Asimismo, la doctora advierte que, aunque existen diversas causas -además de la edad madura- que afectan la fertilidad femenina, como el síndrome metabólico, el asunto recae en tres aspectos: aquello que modifique la calidad de los óvulos y la ovulación; lo que modifique el útero: la forma y la preparación del útero para recibir el embrión; y lo que modifique el proceso de fertilización, es decir, que haya el lugar y tiempo adecuados para que el embrión encuentre el espermatozoide.
"En ese sentido, la tecnología ha resuelto muy bien determinar si los óvulos se pueden fertilizar y el hecho de generar un embrión sano en el laboratorio, además de trabajar intensamente en ver cómo detectar que el útero está en el momento adecuado para recibir el embrión", enfatiza.
Eso es por el lado femenino, dice la doctora: enfermedades específicas como síndrome de ovario poliquístico, infertilidades primarias, secundarias, endometriosis, etcétera. Por el lado masculino, todo aquello que modifique la función testicular y afecte la formación de espermatozoides genera menor capacidad de fertilización; sin embargo, independientemente de quién y cuál sea la razón por la cual se es infértil, la solución es generar los embriones en el laboratorio.
¿Toda mujer se puede embarazar?
La tecnología ha avanzado tanto que, con excepción del caso en que una mujer no tuviera útero (existe la posibilidad), prácticamente todos los problemas de infertilidad tienen solución, asegura la especialista. "Si se acude a un instituto como Ingenes, donde especialistas en medicina reproductiva van a atender bien a la paciente -pues es frecuente que las pacientes reciban consulta no especializada en medicina reproductiva- y donde de inmediato se utiliza tecnología adecuada, porque la solución de la infertilidad es generar embriones en el laboratorio, hay más de una estrategia para generarlos en el laboratorio y lograr el embarazo después de la transferencia".
Con respecto a la edad, la especialista advierte que hay que tomar en consideración las cuestiones del envejecimiento y la salud del cuerpo femenino para llevar a cabo un embarazo, "con 42, 43, 45 años, son mujeres que pueden embarazarse usando esta tecnología correctamente".
Pero, a fin de cuentas, López-Bayghen asegura que si la problemática son los óvulos, se seleccionan en el laboratorio, se eliminan los malos y se preservan los buenos; si el impedimento es que el espermatozoide no se encuentra con el óvulo por bloqueo de trompas, generan este encuentro en el laboratorio; y si el problema es que la producción de esperma es escasa o el espermatozoide no puede llegar al óvulo porque no es móvil o es débil, en el laboratorio se resuelve y se genera el embrión.
Hay una solución universal que funciona para casi todos los problemas de infertilidad, y la razón por la cual se es infértil pasa a segundo plano, indica la doctora. "Claro, hay que saberla, hacer un buen diagnóstico, porque hay variaciones en el laboratorio que hay que tomar en consideración para generar embriones de la manera más eficiente posible. Uno sí tiene que tener un buen diagnóstico para saber cómo entrarle al problema".
La investigadora expresa que no todos los casos son fáciles; no obstante, las tasas de éxito en Ingenes son de 92 por ciento; son tasas altas porque hay diversas opciones para lograr el embrión y el embarazo.
Aspecto emocional en las técnicas de reproducción asistida
Como lo señaló la entrevistada, existe evidencia de que la disminución del estrés en pacientes que tratan de embarazarse mejora los resultados, sobre todo si se reduce el tiempo y número de intentos para lograr el embarazo, porque si existe un alto estrés, se genera cortisol, que modifica la fisiología del organismo femenino.
Por lo anterior, en Ingenes se atiende el aspecto emocional: "Hay atención psicológica específica y tenemos talleres que ayudan al control del estrés para acompañar a las pacientes que están convencidas de que quieren lograr y vienen a lograr un embarazo", finaliza la especialista.