En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador compartió las particularidades de su invento y la experiencia de fundar una empresa en el mercado mexicano.
Según afirma, para poder competir con otras tecnologías similares esta invención busca destacarse en dos ámbitos: el primer aspecto innovador es el uso de biotecnología, beneficiar cada tipo de suelo aplicando ingeniería; el segundo aspecto, y parte fundamental de la investigación, es la capacidad de secuestrar el carbono, característica que bajaría la cantidad de este elemento en la atmósfera.
La base tecnológica que enmarca el descubrimiento es el biochar o biocarbón, una variedad del mineral que se obtiene por medio de pirólisis orgánica, es decir, la transformación térmica en las moléculas de la materia orgánica.
La transformación provee de muchos beneficios al biochar, sobre todo su capacidad de absorción y su porosidad, por lo que permite la interacción con organismos y nutrientes en el suelo.
"Este proceso hace que el carbono se convierta o se transforme molecularmente a cadenas largas, esta nueva estructura del carbono hace que ya no se reincorpore al ciclo del carbono y lo haga en la atmósfera; el carbono que vino previamente por fotosíntesis se transformó en la biomasa, nosotros lo transformamos en el biochar y podemos estabilizarlo y mantenerlo o secuestrarlo en el suelo", comentó el investigador.
Biotecnología Mexicana
La empresa Biotecnología Mexicana, que fundó Ramón Agustín Bacre González, es una idea que se formuló desde 2010 cuando en el Instituto de Geología de la UNAM, en el área de Morfología, empezó a trabajar en los temas debiochar. Para 2014 se consolidó legalmente.
"Somos una empresa, así como existen las empresas de computación de cochera, nosotros somos una empresa de azotea, porque en la azotea de nuestros respectivos domicilios es donde hemos estado trabajando con el biofertilizante, probándolo y haciendo mezclas", enfatizó.
Ganar el reconocimiento del MIT es un punto de inflexión para la empresa pero considera que debe mantener los pies en la tierra "hay mucho trabajo que nos falta, definitivamente hemos avanzado, tenemos una tecnología muy prometedora pero de nada va a servir si no podemos encontrar que esa tecnología satisfaga necesidades reales en el mercado mexicano", puntualizó.
Actualmente el mercado mexicano para los innovadores es complicado, buscar desde los costos hasta aplicar la tecnología son retos que deben enfrentar paso a paso, es por eso que hizo mención del programa piloto de Innovation Corps (I-Corps), organizado en conjunto con la National Science Foundation (NSF), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y por la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (Fumec).
El eje del programa está basado en la educación y mentoría de los equipos de investigación para lograr que identifiquen oportunidades de negocio de sus desarrollos y emprendan la búsqueda de clientes potenciales e inversionistas.
"Salir al mercado y comprobar si a alguien le interesa tu tecnología, que hay un cliente potencial que la necesita, es un paso muy grande y aprendes a darte cuenta que necesitas preguntar, necesitas conocer qué está pasando afuera de tu laboratorio, sea el que sea, para tener éxito; si no lo haces es muy probable que tu tecnología fracase", sentenció.
Restauración ambiental, el éxito
La labor social que tiene implícita la empresa Biotecnología Mexicana la lleva a poner sus estándares de éxito apuntando a la restauración ambiental, el proceso de generar un impacto ambiental positivo, ya sea con el secuestro de carbono, un mejor manejo de agua, restauración de los suelos, etcétera.
"Si logramos encontrar, aunque sea en pequeño, ese mecanismo económico que incentivó en su matriz esa restauración, eso sería para nosotros el éxito porque ese es el gran reto que deseamos alcanzar", finalizó.