Siete son los proyectos que anteceden este programa, mismos que han llegado a generar incidencia y motivación en la comunidad, dijo Gerardo Ibarra Solís, maestro en Educación y quien lleva a cabo la implementación de desarrollo personal y social -sustentado en ciencia y tecnología- en la Estancia de Campo El Cariño.
"La estancia es un emprendimiento que surge y se crea a partir de conceptos e ideas ancla que a nivel mundial están marcando la pauta y tendencia en un desarrollo personal más sano, justo, digno, libertario y disfrutable", afirmó el facilitador en desarrollo humano.
Es hacia donde varios proyectos de política pública y gobernanza están caminando, indicó. "Actualmente, muchos gobiernos están procurando acercarse a las personas, propiciar su desarrollo, compartir, implementar a favor de ellas y, en muchos casos, devolverles la responsabilidad de su propio desarrollo y bienestar", abundó.
"Son los mismos niños y padres de familia los que nos solicitan continuar, que no dejemos de hacer lo que estamos haciendo, porque se dan cuenta de que sus hijos están aprendiendo bastante y que ahora su comportamiento está mejorando; que se nota que les gusta venir y que disfrutan tomar sus clases de computación y desarrollo", mencionó.
Ibarra Solís aseguró que si logran gestionar los medios y acompañamiento necesario, posiblemente estén en vías de consolidar una propuesta pedagógica con enfoque eminentemente formativo y de desarrollo integral humanista trascendente.
Surgimiento del proyecto
Como académico de orientación humanista, alejado del mundo institucional, y viviendo un proceso de instituirse como vecino y miembro de la comunidad El Cariño, Ibarra Solís se está probando como emprendedor social y como persona en permanente aprendizaje y desarrollo, pero en un contexto rural enfocado a temas de permacultura, sustentabilidad y gestión de nuevos conocimientos.
"A partir de vivenciar condiciones y estilos de vida imperantes en la comunidad, y darme cuenta de las bondades y beneficios de vivir en el rancho, pero también de ver, padecer y casi abrumarme por las carencias de muchos, fue que decidí aportar y compartir mi experiencia como facilitador de aprendizajes, procesos de cambio, y mejoramiento social y personal", enfatizó el maestro.
Agregó que hace tres o cuatro años surgió la inquietud de generar proyectos relacionados con el enriquecimiento personal social, así como el incremento de capacidades, dos condiciones que a su parecer y experiencia son elementos indispensables "si aspiramos a construir y modificar positivamente nuestras actitudes ante el conocimiento, las cosas, las experiencias, es decir, nuestra actitud ante la vida".
La visión que anima el proyecto se sustenta básicamente en crear experiencias de aprendizaje y oportunidades para que los alumnos del nivel primaria -sin importar grado, género, condición económica, edad, ni situación social familiar, entren en contacto con el mundo de la tecnología, la comunicación (con herramientas como teléfonos celulares y/o tabletas), internet, entre otros rubros, señaló el entrevistado.
"Partimos y asumimos de que en la medida en que se genere este acercamiento y uso frecuente de y con la tecnología, los alumnos verán y sentirán un elemento más en su proceso de aprendizaje y la forma posible y cercana de adquirir más habilidades, mejores capacidades y competencias educativas", afirmó.
El especialista en formación hizo énfasis en lo relativo a la actitud con la que los alumnos se aproximan a los equipos, contenidos y procesos: "Que sepan y sientan que son ellos quienes tienen el control y la iniciativa de lo que quieren, pueden y logran construir o procesar".
Seis de los alumnos ya crearon sus cuentas en internet, navegan y empiezan a direccionar sus investigaciones y a atender temas que les interesan. "Se trata de que pierdan el miedo, ganen confianza, y seguridad personal y social; que se den cuenta de que usando y aprovechando la tecnología pueden incrementar habilidades y capacidades en contenidos netamente escolares como mejorar su lectura, escribir con más propiedad y redactar con mayor coherencia", refirió.
Según el maestro, cada alumno es diferente en su motivación, dominio y dedicación. En la estancia se dan las condiciones y oportunidades para que cada uno de ellos direccione y construya sus propias habilidades y aprendizajes. "El elemento facilitador en esta estrategia es que somos pedagogos con orientación humanista que nos ocupamos de la tecnología", enfatizó.
"Estamos por abrir un espacio para generar -más o menos con el mismo enfoque metodológico- ese acercamiento y vínculo con la ciencia, principalmente con temas o aspectos que les son cercanos al vivir el día a día en una comunidad rural: agroecología, riesgos climáticos, agotamiento y/o cuidado de elementos naturales, flora y fauna representativa, riegos ambientales, etcétera", manifestó.
Actualmente, Ibarra Solís y su equipo de trabajo buscan y gestionan ante la sociedad civil, empresarios e instituciones de gobierno, los apoyos, donativos y/o patrocinios que les permitan fortalecer su propuesta de trabajo formativo.
"Una vez que lo logremos podemos ir por otros segmentos relevantes y significativos de la vida diaria de los alumnos como puede ser cultura, emprendimiento, nutrición, salud, y sustentabilidad", compartió.
La estancia se encuentra en fase de construcción y constatación de hipótesis de trabajo, y en la configuración de un modelo facilitador de aprendizaje de la ciencia y la tecnología, que luego podrá ser de la economía o de la cultura, subrayó el maestro.
"Esto bajo algunos principios que estoy desarrollando: primero las personas, aprender es una función vital, generar desarrollo y no solo entretener ni detener el desarrollo natural, abordar el proceso enseñanza-aprendizaje desde una perspectiva interdisciplinar, asumir la formación como un derecho humano y una alta prioridad social, entre algunos más", enunció.
La contribución de la Estancia de Campo El Cariño, dijo, es estimular y propiciar el crecimiento y desarrollo de cada una de las personas: "Formar capital humano, dirían pro empresarios e inversores; formar personas íntegras e integrales, diríamos los académicos humanistas".
De acuerdo con Ibarra Solís, continuar con el proceso de sumar cada vez más miembros de la comunidad e integrar voluntad, compromiso, participación, recursos y gestión, dará como resultado una estrategia de colaboración y corresponsabilidad social comunitaria.
Además, expresó: "Como especialistas no podemos ni debemos hacer nada a espaldas de las personas de nuestra comunidad. Sí podemos verles y analizar la situación desde fuera, pero las acciones y los efectos siempre deben ser en beneficio de los de adentro".
"Hacer incidencia pública dirían los expertos en el tema, hacer comunidad decimos los constructores de esta propuesta de cambio y desarrollo persona-comunidad-sociedad. Ese es un posible camino para mejorar la calidad de vida de las personas en las comunidades", finalizó el maestro Gerardo Ibarra Solís.