Dirigir a México hacia la exploración lunar otorga elementos científicos y tecnológicos, ya que se pueden estudiar aspectos como presencia de agua y minerales, o hacer investigación desde la Luna hacia el espacio -gracias a su falta de atmósfera- como la observación de meteoritos o asteroides, informó para Agencia Informativa Conacyt el maestro Enrique Pacheco Cabrera, coordinador general de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico Espacial de la AEM.
La carga útil será transportada hasta la superficie lunar por la sonda Griffin Lander, construida por uno de los 16 equipos internacionales que participan en la competencia Google Lunar XPRIZE, la cual incentiva el desafío científico y tecnológico para desarrollar un vehículo capaz de alunizar, viajar al menos 500 metros en la superficie y finalmente transmitir imágenes de vuelta a la Tierra.
"Uno de estos equipos contactó a la AEM y nos ofreció la oportunidad de volar con ellos un experimento, una carga útil. A la AEM le pareció bastante atractivo, porque a un costo accesible y razonable nos daría la oportunidad de colocar en la Luna un experimento mexicano", comentó el maestro Pacheco Cabrera, quien tiene estudios de posgrado en Desarrollo de Tecnología Espacial por la Universidad de Surrey, Reino Unido.
Primeros pasos hacia la Luna
La idea se planteó en 2013 durante el Space Symposium llevado a cabo en Colorado Springs, Estados Unidos, un evento en el que participó la AEM y que permitió que se estableciera buena comunicación entre ella y la empresa Astrobotic, la cual actualmente es respaldada por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Posteriormente, en marzo de 2015, durante el 2o Taller Nacional de Astrofísica Planetaria en Monterrey, Nuevo León, la AEM consultó con la comunidad científica de instituciones relacionadas al tema de astrofísica e investigación planetaria y espacial sobre la posibilidad de llevar a cabo este proyecto en México. Esto se hizo "para que ellos nos retroalimentaran, informándonos si era viable y de interés científico hacer estudios en la Luna", manifestó el entrevistado.
Agregó que la comunidad científica mexicana aceptó la idea con entusiasmo, y además propuso los parámetros científicos y físicos de estudio. Con esta información, se encaminó este interés de llevar el experimento mexicano a la Luna dentro de la demanda cuatro del Fondo Sectorial de Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación en Actividades Espaciales, Conacyt-AEM, convocatoria 2015.
Financiamiento y planeación
Como parte del esfuerzo para propiciar la consolidación de la infraestructura espacial y la construcción de capacidades nacionales en este sector que contribuyan al progreso económico del país con ayuda del desarrollo científico, tecnológico y de innovación, la AEM y el Conacyt hicieron una petición a la población para cumplir con las demandas del Fondo Sectorial mencionado.
Específicamente, la cuarta demanda de dicho fondo ofrece la oportunidad de participar en la misión lunar del Griffin Lander de Astrobotic con el desarrollo de un artefacto como un instrumento científico, un sistema robótico o una combinación; este deberá tener un peso mínimo de 0.5 kilogramos y será colocado en la Luna por medio de una inyección translunar, órbita lunar o a través de un alunizaje. La carga útil mexicana no tendrá retorno a la Tierra.
Las áreas de estudio posibles para el experimento mexicano son procesos volcánicos lunares, sistemas Luna-Tierra, investigaciones astrofísicas, observación de la Tierra, gravedad lunar, comportamiento microbiológico, impactos ambientales en la exploración lunar y estudio del polvo lunar.
Por otro lado, en cuestiones tecnológicas se plantearon las siguientes posibilidades: operaciones autónomas, sistemas embebidos, comunicaciones láser, fuentes de poder, transmisión de datos, y materiales y estructurales termales.
Tras ser colocada la propuesta dirigida al sector científico nacional, "la demanda fue muy interesante porque varias instituciones hicieron sus planteamientos que tendrán que ser evaluados", añadió Pacheco Cabrera.
Por ahora, los proyectos participantes se encuentran en la última etapa de evaluación, de acuerdo con los procedimientos establecidos en las reglas de operación del mencionado Fondo Sectorial, y cuyo proceso coordina la Secretaría Técnica a cargo de Conacyt, con el apoyo de la AEM.
Ya con una decisión sobre las propuestas de mayor valor científico se determinarán los resultados y comenzará la construcción, siempre en contacto con Astrobotic. La publicación de resultados de esta convocatoria se dará a conocer a partir del 28 de septiembre de 2015.
El entrevistado aseveró que antes de ser lanzada cualquier carga útil se deben cumplir ciertas pruebas y validaciones, por lo que se espera que el desarrollo del experimento estará completamente finalizado antes de 2018, puesto que Astrobotic pretende culminar todo el proceso previo al lanzamiento de su sonda, entre 2017 y 2018.
Interés internacional por la exploración espacial
Respecto a la competencia Google Lunar XPRIZE, el maestro Enrique Pacheco Cabrera aseguró que concursos como este buscan encontrar ideas innovadoras y mecanismos alternativos, que mediante la participación pública y privada se obtenga viabilidad para poder conducir este tipo de misiones a futuro.
Ya que, dijo, detrás de esto hay una gran necesidad creada por el desarrollo tecnológico y el uso de ciertos materiales que son de presencia muy limitada en el planeta, como por ejemplo el litio (Li) utilizado en las baterías, o tierras raras que se usan en fabricación de circuitos integrados y que normalmente están asociadas al lugar donde impactaron meteoritos, lo cual quiere decir que su presencia en estos cuerpos celestes debiera de ser de alta concentración.
Es decir, hay un valor económico detrás de todos estos esfuerzos de creación e innovación tecnológica y científica, agregó el entrevistado.
Para México, el concluir satisfactoriamente este proyecto demostraría a la comunidad espacial internacional la capacidad que tiene nuestro país de ser partícipe en las grandes misiones de exploración, esto bajo un esquema de presupuestos limitados y de forma en la que podamos trabajar a escalas menores pero significativas y de alto valor tecnológico e innovación, concluyó Enrique Pacheco Cabrera.