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Biomarcadores para el diagnóstico de alzhéimer y párkinson
  • Un grupo multidisciplinario de científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), encabezado por los doctores Benjamín Florán Garduño y José Luna Muñoz, desarrolla biomarcadores moleculares para el diagnóstico de algunas enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson.

10 de julio de 2015

Esto es relevante porque a nivel mundial, más de 47.5 millones de personas padecen algún tipo de demencia o trastorno neurológico y cada año se registran 7.7 millones de nuevos casos. De estos padecimientos, el alzhéimer es el más común, pues ocupa entre 60 y 70 por ciento de los casos, según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Mientras que en México se estima que más de 800 mil personas padecen algún tipo de demencia y se prevé que para el año 2050 la cifra ascienda a más de 3 millones, de acuerdo con datos del Plan de Acción Alzhéimer y otras Demencias, México 2014, realizado por el Instituto Nacional de Geriatría.

Pese a que estas enfermedades afectan a millones de personas en todo el mundo, su diagnóstico en etapas tempranas aún es muy complicado, señaló Florán Garduño, jefe del departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav.

Destacó que por ello, un grupo de especialistas trabaja en el desarrollo de biomarcadores con los cuales se pueda diagnosticar dichos padecimientos en poco tiempo, con tan solo obtener una pequeña muestra de mucosa nasal o de epitelio bucal.

En entrevista, el especialista explicó que con las muestras se hace un frotis, es decir, se coloca el tejido sobre la superficie de un portaobjetos, para después ser teñido con colorantes y anticuerpos de proteínas, y posteriormente se analiza a través de un microscopio para ver si la proteína tau ya está presente en estas áreas del cuerpo.

Explicó que tanto el párkinson como el alzhéimer presentan alteraciones de la proteína tau, que afectan directamente al cerebro. No obstante, investigaciones recientes sugieren que las modificaciones de la proteína también se pueden manifestar en otras partes del cuerpo como la boca y la nariz.

"Cuando la proteína tau funciona de manera normal no se manifiesta en ninguna parte del cuerpo. En cambio, cuando dicha proteína se altera, se manifiesta fuera del sistema nervioso: en la nariz, boca e incluso en la sangre, según indican nuevos estudios", subrayó.

Asimismo, reportes clínicos señalan que uno de los primeros síntomas que presentan los pacientes con alzhéimer es la pérdida del olfato, refirió el miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Actualmente, estos biomarcadores están en fase de desarrollo porque aún falta por estudiar los comportamientos de la proteína, como por ejemplo, si se manifiesta en la nariz y en la boca en cualquier etapa de la enfermedad o solamente en algunas, detalló el especialista.

Para determinar esto, y otros aspectos importantes para establecer los biomarcadores, los científicos deben contar con al menos 300 muestras de pacientes diferentes y en distintas etapas.

"Estamos estableciendo contactos con asociaciones de pacientes con enfermedad de alzhéimer y párkinson para que nos dejen tomar las muestras. Creo que eso es el reto más grande, convencer a la gente para que nos permita estudiar sus casos", manifestó.

Por tal razón, la creación y utilización clínica de estos biomarcadores moleculares que se desarrollan en el Cinvestav tardará alrededor de cinco o siete años, aclaró Florán Garduño.

Fuente: Agencia Informativa Conacyt

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