27 de octubre de 2014
Los niños "aprenden ciencia: haciendo ciencia y si se realizan acciones para cambiar la forma en la que se enseña, desde los niveles básicos de educación, esto podría canalizarse para mejorar la enseñanza en las universidades", aseguró el químico.
De acuerdo con el doctor Molina, la asociación civil Innovación en la Enseñanza de la Ciencia (Innovec), con el apoyo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), los gobiernos de12 estados, fundaciones y empresas, beneficia a más de 400 mil alumnos de educación básica que reciben clases de ciencia basadas en el modelo de Sistemas de Enseñanza Vivencial e Indagatoria de la Ciencia (SEVIC).
El SEVIC toma en cuenta la curiosidad natural de los niños, "así las clases son vivenciales, los niños realizan experimentos, plantean hipótesis, proponen explicaciones y trabajan en equipo. Por ello este es un método diferente al tradicional, pero para implementarlo también hay que entrenar a los profesores", dijo Mario Molina, vicepresidente del Consejo de Innovec.
Innovec fue creada en agosto de 2002 con el fin de impulsar la investigación, la innovación y el desarrollo de estrategias de apoyo para mejorar la enseñanza de la ciencia en la educación básica, y es parte de la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC), organismo no gubernamental creado en 1999 a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con la que colabora la Academia Mexicana de Ciencias.
Mejorar la enseñanza en las universidades
En lo que respecta a una comparación experimental entre los métodos de enseñanza que se utilizan en las universidades, Mario Molina se refirió al trabajo de investigación que ha realizado un equipo de la Universidad de British Columbia (UBC), en Vancouver, Canadá, encabezado por Carl Wieman, ganador del Premio Nobel de Física 2001.
En la investigación "Improved Learning in a Large-Enrollment Physics Classque", que se publicó en la revista Science, Wieman formó al posdoctorado, Louis Deslauriers, y a la estudiante graduada Ellen Schelew, en un enfoque educativo llamado "práctica deliberada", en el cual se pide a los estudiantes pensar como lo harían los científicos y resolver diversos problemas durante la clase.
El método de "práctica deliberada" comienza cuando el instructor da a los estudiantes una prueba de opción múltiple que trata de un concepto específico, posteriormente los estudiantes intercambian ideas y formulan hipótesis en pequeños grupos. Las respuestas del cuestionario indican al profesor qué piensan los estudiantes acerca del tema que se abordará en clase.
Por una semana, Deslauriers y Schelew se hicieron cargo de un grupo de estudiantes de ingeniería que tomaban un curso de introducción a la física y se reunieron tres veces durante una hora implementando el enfoque de "práctica deliberada". Mientras que un profesor de física titular se quedó al frente de otro grupo y continúo enseñando con un formato tradicional, en el cual no hay interacción y el profesor se encarga de dictar la clase.
Al comparar los resultados de ambos grupos, los investigadores notaron que los alumnos de la sección de "práctica deliberada" respondieron mejor el test y aumentó en un 20% la asistencia de los estudiantes, esto en comparación con el grupo en el que se mantuvieron las clases tradicionales.
Así, en opinión de Mario Molina, se pueden implementar métodos de enseñanza diferentes a los que se utilizan en todos los niveles de educación en el país, y aprovechar la información que, desde la ciencia, nos puede ayudar a entender cómo aprendemos y al mismo tiempo encontrar la manera de enseñar con mejores resultados.
Fuente: Academia Mexicana de Ciencias